Cuando sentimos que los desafíos de la vida superan nuestras capacidad o requieren un esfuerzo mantenido, prolongado y agotador, a veces solo algunas horas extras de trabajo por algunas semanas, pueden provocar estrés y con este una serie de cambios en el cuerpo que nos pueden dañar si no aprendemos a manejarlo.
Una primera etapa para manejarlo, es identificar situaciones que lo provoquen o aquellos signos corporales, emocionales o mentales que nos están señalando que hay estrés como puede ser ansiedad, pérdida de la concentración, disminución relativa de memoria, cansancio, fatiga, molestias corporales, distensión abdominal, dolor de cabeza, insomnio entre otros.
Una segunda etapa es observar la situaciones y nosotros mismos cuando nos demos cuenta de esto, identificando aquello que es cambiable y lo que no, para planificar actividades que nos relajen o aceptar lo que estamos pasando.
La tercera etapa es actuar. Ya sea realizando las actividades que nos relajen que habíamos planificado o, si no tenemos tiempo, poner plena atención plena a aquellas actividades que ya son parte de nuestra rutina, que no requieren tiempo extra y que nos puedan reconfortar, relajar o dar alguna experiencia placentera.
Estas tres etapas (pausar, observar, actuar), se pueden aprender en el Taller de reducción de Estrés Basado en Atención Plena (REBAP) junto a una serie de métodos que permiten desarrollar un buen manejo de estrés desde las capacidades del cuerpo. Si quieres realizar el taller contáctanos aquí.
Además, queremos entregarle el taller REBAP a las Cuidadoras de niños con necesidades especiales del proyecto Cuidando al Cuidador.
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